Guiadas por la Palabra de Dios, iluminadas por el paradigma espiritual y apostólico de nuestra Fundadora, y responsables con el mundo al que somos enviadas, nos comprometemos a responder a las llamadas del Espíritu, hoy y en el futuro inmediato, con un proceso de reestructuración de toda la Congregación, construido sobre los ejes de la Espiritualidad, la Salida misionera y la Organización, y con la arquitectura armoniosa de sus pasos. Si todas y cada una, “aquí y en todas partes”, de manera personal y comunitaria, nos comprometemos con estas rutas, aseguraremos el futuro de la Congregación y la Congregación del futuro y, en ella, el nuestro y el del Carisma.